jueves, 5 de julio de 2012

CANTERA

CANTERA


                                   Me encarga el buen amigo Enrique García que escriba un artículo sobre la cantera de baloncesto en Tenerife.  Lo hago con sumo gusto, porque es algo que me apasiona. Me pregunta si la cantera tinerfeña está preparada para tener un equipo en ACB, más o menos. La primera reflexión que se me ocurre es decir que una cosa no tiene que ver con la otra. Hay numerosos equipos en la ACB, y equipos que destacan en estos momentos, como pueden ser Alicante, Bilbao, Cajasol, etc. cuyas canteras o no son buenas o brillan por su ausencia. Lo mismo ocurre si observamos las canteras de equipos de LEB ORO.

                                   La pregunta sería, ¿es bueno que existan equipos en la ACB sin buenas canteras? Ese es otro cantar. Yo creo que, por supuesto, no. No es nada bueno. Y ello por muchísimas razones. Entre otras, las económicas y, sobre todo, el hecho de que aunque hoy en día los equipos de ACB sean o pertenezcan a una Sociedad Anónima Deportiva, no dejan de ser clubes implicados socialmente y el tener jugadores formados en casa va a tener como consecuencia un mayor apoyo social y, como consecuencia, económico.

                                   ¿Qué ocurre en Tenerife? Pues que por hache o por be, no se ha desarrollado un proyecto serio de cantera nunca, sobre todo, en baloncesto masculino, que es de lo que estamos hablando. Lo normal es que existan clubes, algunos de de ellos con numerosos equipos de base, pero sin proyectos encaminados a formar jugadores de élite. Esto no es un defecto, ni por tanto, una crítica. Han elegido hacerlo así y hay que respetarlo. Lo que no se puede respetar es cuando se dice que se está trabajando bien la cantera y no se hace, porque no se sacan jugadores. Por ejemplo, el club más representativo actualmente en Tenerife, el CB Canarias, con numerosos equipos de cantera, hace más de diez años que no saca un jugador, no ya para la LEB, sino ni siquiera para la EBA. ¿Por qué? Pues porque se ha elegido el modelo de ser una cantera más o menos social (lo cual no es criticable) y con esto no basta para poder sacar jugadores de alto nivel.

                                   ¿Qué hace falta para ello? En primer lugar, tener un programa y saber lo que se quiere hacer. Tener claro adónde se quiere llegar. Cuando se tengan claros los objetivos, poner los medios para lograrlos. En este caso, los medios son: jugadores que quieran llegar y tengan claro lo que hay que hacer para lograrlo; buenos entrenadores puestos al día, con ganas e ilusión, además de buenos conocimientos; preparadores físicos; personal sanitario: médico y fisioterapeuta;  instalaciones deportivas dignas: canchas, gimnasio …; horarios suficientes adecuados a la edad y nivel de los jugadores: entrenamientos de táctica colectiva en grupo, entrenamientos de técnica y táctica individual individualizados o en  pequeños grupos; competiciones adaptadas al nivel de los jugadores (si no la hay, habría que buscarlas con asistencia a torneos competitivos o subirlos de categoría: los jugadores se hacen entrenando y compitiendo).

                                   ¿Se ha hecho esto alguna vez en Tenerife? Pues la respuesta es no. ¿Se podría hacer? La respuesta es sí. Hay que ser consciente de las numerosas dificultades con las que nos encontraríamos. Una y fundamental es el poco apoyo que esta idea tendría en muchos clubes para que sus jugadores destacados vayan al club que les ofrezca esto. En muchos casos, estos clubes están planteados como negocios (aunque sean colegios) y no es fácil desprenderse de esos jugadores, aun siendo conscientes de que ese colegio o ese club no le van a ofrecer al jugador las ventajas que tendría en ese hipotético club que sí se las daría. Somos muy dados en esta isla a criticarnos entre nosotros y a alabar lo de fuera, cuando no permitimos que eso que se hace fuera se pueda hacer aquí.

jueves, 17 de noviembre de 2011

FILIALIDADES

Para los no versados en los temas lingüísticos, les diré que la palabra que sirve de título a este artículo procede del latín “filius”, que significa ‘hijo’. Pues en ésas estamos. Viene esto a cuenta porque en el programa Canasta de 4 del que soy contertulio habitual y en su última edición del lunes 14 de noviembre intervino por teléfono un periodista y, además, según me han comentado, directivo de la sección de baloncesto del RC Náutico de Tenerife. Hablábamos en ese momento sobre las penurias que están soportando los equipos de élite de Tenerife a causa de los recortes de subvenciones del Gobierno de Canarias y yo opinaba que los dineros que hubiera no deberían ser repartidos a partes iguales, sino que habría que establecer unos baremos en los que se considerasen aspectos tales como la categoría en la que se estuviera, el número de jugadores de cantera que militasen en el primer equipo, los equipos de cantera adscritos al club, las internacionalidades de esos jugadores, el impacto social, etc. Y decía yo que no se tenía que subvencionar a un club que no hubiera obtenido la categoría en buena lid deportiva, sino en los despachos. Y ése era el caso del RC Náutico, entre otros clubes de la isla. Añadía, además, que había más causas para no subvencionarlo. Una, la solvencia económica de dicho club y otra, fundamental, era que dicho club había llegado a un acuerdo de “filialidad” (no de iude, sino de facto,,no de derecho, sino de hecho) con el Gran Canaria, por el que 4 jugadores, si no me equivoco, pertenecientes a la cantera del Granca están fogueándose en las filas del Náutico. Mi argumento era y es que si dicho equipo tiene tal acuerdo, las instituciones tinerfeñas (Cabildo Insular y Ayuntamiento) no tienen por qué subvencionar a un equipo que tiene un acuerdo, respetable eso sí, con un equipo de otra isla, para los fines indicados. Los impuestos que pagamos los tinerfeños deben revertir sobre ellos y no sobre otros ciudadanos. Para ello ya tienen sus instituciones, que bastante los subvencionan, dicho sea de paso.

En la intervención del citado periodista argumentaba y decía que en ese acuerdo el único beneficiado era el Náutico, ya que este club no tenía obligación de dar ningún jugador de su cantera al Náutico y que, por tanto, el Gran Canaria no se beneficiaba en nada, sino que era sólo beneficio para el Náutico. Éste era más o menos su argumento. Vuelvo a repetir lo que dije. Disiento totalmente, por supuesto, con absoluto respeto a todas las opiniones. En primer lugar, sólo el hecho de que existan 4 jugadores de su cantera jugando, entrenando y subsistiendo con dinero del Náutico ya beneficia al Granca. Esos jugadores están fogueándose en una categoría que el Granca ha hecho desaparecer por los costes que supònía para ellos. El Náutico paga a entrenadores que trabajan con ellos. El Náutico paga sus pisos y comidas y/o sueldos para su subsitencia. El Náutico paga los viajes y hoteles donde juegan. Y todo ello para que entrenen y jueguen en una categoría que les sirve para su progresión deportiva y, en teoría, les permita llegar a jugar algún día en el Granca o negocien con otros traspasos y cesiones. ¿No hay beneficio para el Gran Canaria? ¿Por qué lo hace el Gran Canaria? ¿Sólo para beneficiar al Náutico? Es indudable, y nadie lo niega, que el beneficio que saca el Náutico es tener un equipo más competitivo y permanecer en la categoría. ¿Es ese beneficio suficiente para realizar ese acuerdo? ¿No se puede realizar, como decía mi buen amigo Alejandro Luque en el mismo programa, con el Tenerife, Canarias o, incluso, La Palma? ¿No hay jugadores en Tenerife que se pudieran beneficiar de esos partidos y entrenamientos, que me constan que son muy buenos de la mano de Gustavo Ríos?

lunes, 31 de octubre de 2011

UNOS Y OTROS

Observo con gran sorpresa que ahora hay gente que se preocupa por el baloncesto femenino cuando en su vida (y en bajada, dirían otros) han asistido a un encuentro de baloncesto de esta especialidad. Pero bueno, sean bienvenidos.

Para los no iniciados, les diré lo siguiente. El llamado ISLA DE TENERIFE AGUERE es el club cuya precedencia es el antiguo Coronas, Cepsa, Symel y no sé cuántos sponsors después quemados. En un determinado momento aprovechó la circunstancia de jugar en el Santiago Martín para lagunizarse y así poder acceder a las suculentas subvenciones que dona el Ayuntamiento de La Laguna. Nada criticable, por cierto. Cada uno se busca la vida como puede. Lo que ocurre es que no es un equipo de La Laguna, sino que aprovecha las instalaciones del Ayuntamiento de La Laguna para entrenar a sus TRES EQUIPOS, en la Finca España y en Juan Ríos Tejera, a partir de este año, el equipo de Liga Femenina 2. Equipo compuesto por jugadoras en su mayoría foráneas, peninsulares y extranjeras, con una jugadora de Lanzarote (Yaiza), que juega bastantes minutos y alguna jugadora de la isla de Tenerife que apenas juega. Esa es la realidad. Por cierto, a un determinado periodista, aclararle que no cometa errores en sus pies de fotos achacándole a Yaiza el ser tinerfeña, cuando no lo es, ya que como dije anteriormente y lo digo ahora cariñosamente es “conejera”. Y bien orgullosa que estará ella de ser de donde es, me imagino yo. Y esta es la realidad y no otra: un equipo de Liga Femenina 2 con gran mayoría de jugadoras de fuera (NINGUNA DE LA LAGUNA) y dos equipos de cantera, un junior y un cadete.

Ahora vamos con el llamado UNI-TENERIFE. Su equipo de Liga Femenina 2 está compuesto en la actualidad por 12 jugadoras: una extranjera, tres peninsulares y el resto de jugadoras, es decir, ocho, de la isla. Estas ocho proceden de su cantera y cinco de ellas son juniors. Por otro lado, cuenta el club con 10 equipos en su cantera: dos minibasket, tres infantiles, tres cadetes, un júnior y un equipo en primera división autonómica. Desde que nació, su ubicación es Santa Cruz, con su cantera en el IES CHAPATAL y su campo de juego el Palacio de Deportes de Santa Cruz. Durante este tiempo, se han aportado numerosas jugadoras a las Selecciones Nacionales y, por supuesto, a las Canarias.

Y lo que he descrito anteriormente es la realidad. Son dos modelos absolutamente diferentes. Uno, que ha apostado por la cantera, trayendo jugadoras de fuera muy jóvenes (dos de ellas cuentan con 18 años), que se adapten a la filosofía del club, que ayuden y apuntalen el equipo. El otro, con un equipo con numerosas jugadoras importadas y de mayor edad. Los dos lícitos.

 Ahora bien, hay que decidir. Si las autoridades apuestan por la promoción del de nuestras deportistas, apoyadas en casos puntuales por jugadoras foráneas o se apuesta por lo otro. Si se realizara un baremo para las subvenciones en el que se considerara la categoría en la que milita el club, el número de jugadoras de cantera que conforma la primera plantilla, el número de equipos de cantera que posee el club, el número de jugadoras que se aportan a las distintas selecciones, la zona social de influencia en la que se trabaja, etc., quizás llegaríamos a fórmulas justas del reparto del dinero público y los clubes trabajarían en función del programa que el gobernante de turno tenga. Es un decir.

Ah, me olvidaba. El baloncesto masculino y el femenino en esta isla no tienen nada que ver. Son dos realidades diferentes. Si algunos buscan paralelismos, están equivocados. El hecho de unirse para atraer más públicos y buscar recursos no quiere decir que se vaya en contra de nadie, como algunos pretenden. “Se va a favor de”. Lo digo porque algún dirigente que no tenía tiempo el año pasado de ver un solo partido de los equipos de su cantera (unos siete u ocho semanales) ahora le da tiempo de ir a ver los de otros clubes, en teoría de la otra línea. A quien me refiero, lo entiende. 

miércoles, 19 de octubre de 2011

IMPRESIONES SOBRE BALONCESTO PRACTICADO

El domingo por la mañana tuve ocasión de ver dos partidos, uno completo y el otro gran parte de él en categorías de base de Tenerife. Viéndolos recordé un artículo que hace dos o tres años, si no más, publicó, me parece que fue en el Diario de Avisos, Rafa Sanz, a la sazón entrenador en aquel momento del Tenerife Baloncesto SAD. En él, una de las cosas que decía, era que uno de los principales errores que veía  en el baloncesto de base en Tenerife consistía en el hecho de que la defensa al hombre balón (jugador con balón) se realizaba mal, ya que el defensor se separaba mucho de él. Ese hecho da resultados a corto plazo, pero desde luego no se aprende a jugar haciéndolo así, ni en ataque, ni en defensa. ¡Cuánta razón tenía!

En ataque, porque al no tener al defensor pegado, la técnica y táctica individual utilizada no se practica bien. Claro, si lo haces en los partidos, lo normal es que también lo hagas en los entrenamientos.   En defensa, ya que el día que te enfrentes en el futuro a jugadores que en esas situaciones tengan buenos porcentajes de tiro, esa defensa no servirá, además de dejar pensar al atacante sin atosigarlo y darle la posibilidad de jugar a lo que quiera, marcando claramente el ataque el ritmo del partido que quiera.

Es indudable que defendiendo a poca distancia, menos de la distancia de un brazo, con buena posición defensiva, muy agachados, en categorías pequeñas supone un gran riesgo y es muy problable que el jugador sea rebasado con relativa frecuencia, lo que supone una rémora para el resultado del partido. NO IMPORTA. El que tiene las ideas muy claras, sabe que eso es lo de menos. Que, además, defendiendo así tarde o temprano (más temprano que tarde) ganará, porque sus jugadores aprenderán a atacar y a defender en situaciones reales de juego de élite en baloncesto.

¿Cuántos jugadores y jugadoras que han ganado Campeonatos de España se han quedado por el camino por no tener una buena base ofensiva y defensiva? Vemos a equipos, incluso en los últimos años, sobre todo  femeninos, que quedan campeonas de España   defendiendo los 40' en zona y atacando con sistemas absolutamente mecanizados. Desde luego, no es la mejor forma cuando de hacer jugadores o jugadoras se trata.

¿Cuál es el problema? Fundamentalmente, que los entornos del baloncesto valoran los resultados y no el baloncesto que se practica. No hay sistemas de evaluación en los propios clubs que valoren la actividad del entrenador, porque ni siquiera hay programación y sin ella es muy difícil la evaluación. El bueno es el que queda campeón y, a lo mejor, el sexto es el que está haciendo las cosas bien.

Reflexionemos sobre ello. Por supuesto, a los que nos gusta esto, no a los que directa o indirectamente "viven" de esto, sin importarles nada el futuro personal y deportivo del jugador o jugadora que en esos momentos tiene en sus manos. Que no ocurra aquello que dijo hace poco un entrenador que lleva 4 años con un jugador: "Éste (por el nombre del jugador) a mí me importa un carajo".

SÓLO BALONCESTO



Aunque el cuerpo, y también la mente, me pidan hablar de los numerosos disparates que se cometen diariamente en el baloncesto de esta bendita isla y que ni se escriben, ni se denuncian, sólo voy a seguir hablando de baloncesto. Si alguien se da por aludido con lo que escribo, problema de él.

En los apuntes que tengo de los cursos de la Euroliga que he realizado, impartidos por Messina, Aíto, Obradovic y Xavi Pascual y, en concreto, en los de Messina, leo lo siguiente: “En el momento de hacer un equipo, me fijo fundamentalmente en tres puestos: un gran base, director de juego; un alero preferentemente anotador y un pívot dominante”. A partir de ahí, se construye el resto del equipo, pero primero habría que fichar esta columna vertebral. Y creo que tiene toda la razón.

En primer lugar, el puesto de base bien cubierto, por un jugador que conozca bien el juego, que haga jugar a los compañeros, que lidere al equipo en la cancha, que sea un buen defensor, que sea el anotador que el equipo necesite, que sea el entrenador en la cancha. Muy difícil de encontrar en el mercado actual.

En segundo lugar, ese alero al que darle la pelota en los momentos importantes del partido y de la competición y al que no le tiemble el pulso en esos momentos decisivos; que no sea un agujero en defensa, sino que mantenga el tipo cuando se trate de aplicarse en ello; que sepa cuándo hay que jugársela y cuándo no.

En tercer lugar, un pívot dominante, reboteador, buen defensor y anotador, con buenos movimientos en ataque, generando juego desde el poste bajo y haciendo que el equipo sea consistente defensivamente.

Claro, para ello hay que tener una idea de juego, saber lo que quiere el entrenador y a lo que quiere jugar. Indudablemente, la idea de juego no es “no tener idea de juego” y hacer que los jugadores jueguen a los que les dé la gana, es decir, llegando y tirando sin ton ni son, haya o no haya compañeros colocados para el rebote ofensivo, sin respetar el tempo de juego, no buscar en cada momento la mejor opción con los jugadores referentes para ello y no conocer cada jugador cuál es su verdadero roll en el equipo y en cada momento del juego. Pero, sobre todo, hay que tener una filosofía defensiva, sea cual sea, pero una. No podemos ver cómo un base aprieta mucho en defensa a su atacante, mientras el otro se separa de de él dos metros, porque esa situación cambiaría toda la estructura defensiva de sus cuatro compañeros y no puede dar lo mismo una cosa que otra. No podemos ver unos aleros defendiendo de una forma y otros, en la misma situación de juego, de otra totalmente  diferente. Y así sucesivamente.

Elegidos los jugadores, luego HAY QUE TRABAJAR con conocimiento para establecer UNOS CONCEPTOS DE JUEGO EN ATAQUE Y EN DEFENSA. Que podamos decir: “éste equipo tiene esta forma de jugar”. Otra cosa es que nos guste o no. A mí, particularmente, y como entrenador de categorías de base, me gusta mucho cómo juega el UB La Palma. Otra cosa es que pierda o gane. Pero juegan como quiere el entrenador, no como quieran los jugadores.